La Barquière: las mil facetas del gres porcelánico

El revestimiento de gres porcelánico tridimensional blanco puro facetado por un diseño arqueado a lo largo de la diagonal es el rasgo distintivo de La Barquière

Desde que fue fundada por los antiguos griegos en el año 600 a.C., Marsella siempre ha sido una ciudad de migración y comercio. La Barquière se levanta en un oasis verde en el distrito 9, en la esquina entre la avenida de la Barquière y la avenida de la Soude

La remodelación de todo el complejo fue confiada a Pietri Architects, que ganó el tercer premio en la categoría de Revestimiento de Fachadas en la 11ª edición del Gran Premio.

La Barquière es el resultado de la división de un terreno privado en el que se levantaba una casa de estilo provenzal del siglo XVIII que los propietarios decidieron mantener intacta. Un oasis urbano se extiende a lo largo del lado oeste de la casa donde vive la familia. Para los 3.912 m2 restantes, Constructa y Eiffage Immobilier han desarrollado un proyecto que incluye 62 unidades de vivienda. Las unidades están servidas por dos escaleras y están distribuidas en un edificio de seis plantas que comprende dos niveles de áticos y dos niveles adicionales de aparcamiento subterráneo para un total de 77 plazas de aparcamiento. En el lado norte, hay una instalación deportiva municipal de 991 metros cuadrados con un campo de fútbol y rampas para patines.

Las fachadas están revestidas con azulejos de gres porcelánico que recrean una ola tridimensional, que parece emerger del mar. Estos azulejos de color blanco brillante insinúan las casas blancas del Mediterráneo y reflejan la luz del sol, haciendo que el revestimiento del lado norte del edificio sea iridiscente.

La elección del revestimiento de gres porcelánico surgió de la necesidad de romper la excesiva ortogonalidad del lado norte del edificio y hacerlo resonar con la cambiante luz del Mediterráneo. Así nació Ondina, una colección diseñada por Pietri Architects con la ayuda de una impresora 3D y fabricada por Casalgrande Padana. La fuerza y la pureza del blanco se mezclan con el motivo tridimensional creado por dos baldosas rectangulares invertidas, facetadas por un diseño arqueado a lo largo de la diagonal. Estos azulejos se colocan al azar con juntas alternas, creando así un sinfín de matices y efectos, dependiendo de la estación y la hora del día o de la noche.

Jean-Baptiste Pietri se describe a sí mismo como un racionalista romántico, un oxímoron que resume la arquitectura de este complejo residencial, que mezcla movimientos horizontales y verticales. Las fachadas del edificio presentan tanto líneas onduladas como rectas. Los balcones continuos se balancean a lo largo de la fachada blanca del suroeste, pero en el lado noreste, las líneas se vuelven rectas y afiladas, y la fachada está revestida con un mosaico blanco facetado. El juego de luces de la fachada de gres porcelánico cambia con el paso de los días y las estaciones, acompañado por el color azul del mar y el cielo.

La exuberante vegetación le da al complejo un aire urbano. En los pisos superiores del edificio se puede disfrutar de la vista del brillante color azul del mar Mediterráneo.

El cándido color blanco, una constante en la composición arquitectónica, realza las formas de La Barquière, que alternan desde las sinuosas como las olas del mar hasta las rectas, agudas y verticales.