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#PROYECTOS DE ARQUITECTURA RESIDENCIAL
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Là de kay del Ti
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Cuando estaba pedido construir un complejo de viviendas para los niños de la calle en Haití, arquitecto Bonaventura Visconti di Modrone repensó el lakou – el acuerdo típico local de la familia – y la arquitectura rural para dar a los niños la sensación de pertenecer a una comunidad.
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Entre 2014 y 2015, se invitó al arquitecto italiano Bonaventura Visconti di Modrone a Anse-à-Pitres, un pequeño pueblo en el departamento de Sur Este de Haití, que construyera un complejo de viviendas para Ayitimoun Yo, un N.G.O que ayuda a niños locales de la calle.
Una reunión con los fundadores de N.G.O fomentó la idea de diseñar un edificio antisísmico para los niños, que podrían servir como asilo, para ayudarles para sentir la recepción y a la parte de una familia otra vez.
El N.G.O quiso un espacio que sería fácil de controlar, en que los niños podrían dormir y realizar sus actividades diarias. Los niños, por otra parte, necesitarían diversas áreas; un espacio interior a compartir con sus housemates; un mirador para hacer su preparación y para pasar tiempo con sus amigos cercanos; un espacio abierto grande lateral a compartir con todos los otros. Esta subdivisión es importante considerando el hecho de que hay niños de la diversos edad y fondo. Puesto que era importante que el ajuste constructivo dentro del contexto arquitectónico local, dos de sus elementos típicos fue adoptado: el acuerdo del lakou y la casa rural haitiana. El primer es una manera tradicional de arreglar las casas alrededor de un patio central; esto fue reinterpretada colocando las casas en una línea y dejando un espacio abierto grande entre los edificios. El segundo es una casa rectangular simple y limpia, con un mirador abierto que se adorne y se cubra alegre con un tejado echado. En la cultura haitiana, el tejado echado significa especialmente respecto y la aceptación, así que fue incluido en varias ocasiones, creando la forma característica de la cubierta ininterrumpida.
El clima haitiano es muy caliente y húmedo, así que la estructura de tejado se separa de las casas, permitiendo el aire fresco a la brisa a través y proporcionando la ventilación natural. Algo de los detalles del proyecto, tales como el color de los ladrillos y de la plataforma concreta, fue elegida directamente por los niños a través de talleres; esto les ayudó para personalizar sus casas futuras y fortaleció su sensación de la propiedad. Investigando y reinterpretando el contexto arquitectónico local podíamos diseñar un edificio integrado bien con los alrededores.
El punto principal que hicimos frente durante la construcción era la organización de la logística; muchos de los materiales necesarios fueron comprados en la República Dominicana, principalmente en el capital de Santo Domingo, que es un viaje de un día del emplazamiento de la obra. Además, debido a problemas diplomáticos entre los dos países, ha sido difícil despejar las mercancías con aduana y transportarlas al sitio. El resto de materiales y de componentes fueron modificados para requisitos particulares en sitio por el artesano local.
La decisión para emplear trabajadores locales y a artesanos exclusivamente, llevó a la participación directa de la comunidad entera y a la creación de una instalación que pertenece al área y a su contexto arquitectónico y cultural.