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El museo de biodiversidad de Neutelings Riedjik en Leiden

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la exploración de luz, materiales y texturas por parte del arquitecto se convierte en una parte clave de la experiencia en el nuevo Centro Nacional de Biodiversidad Naturalis en Leiden, Países Bajos.

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Diseñado por Neutelings Riedijk Architects, el proyecto, que combina un museo de acceso público con un archivo, un almacén, oficinas y laboratorios para el centro, reúne un conjunto de edificios existentes y nuevos, formando un conjunto dedicado a la naturaleza, la investigación y la conservación que alberga una de las mayores colecciones de historia natural del mundo actual.

Su contenido es impresionante, pero el Naturalis también es una experiencia arquitectónica muy interesante. Un lujoso y escultural vestíbulo de entrada en la planta baja, envuelto en una estructura tridimensional blanca y orgánica, actúa como un corazón para el complejo, formando una conexión física con cada edificio autónomo, a la vez que crea una generosa altura de piso a techo para una entrada llamativa. El envoltorio externo presenta grandes aberturas, de modo que puede entrar una gran cantidad de luz, a la vez que crea patrones de sombra y reflexión en todo el interior. Este núcleo central no sólo alberga un vestíbulo, auditorios, un restaurante y una tienda, sino que también ofrece vistas a todos los niveles, lo que subraya su papel central en este campus científico.

Aquí también es donde comienza el recorrido del museo para el visitante. A un lado del atrio, la escalera principal se encuentra orgullosamente a la vista. Descrito por los arquitectos como un "camino de montaña", parece como si hubiera sido tallado en el edificio, creando balcones escalonados que forman pasillos abiertos en todos los pisos. La montaña es una metáfora poderosa", comparte Michiel Riedijk, cofundador de Neutelings Riedijk. En la mitología, siempre tuvo una connotación muy fuerte como espacio sagrado. Queríamos evocar la noción de que la arquitectura resuena a un nivel metafórico con la noción de naturaleza, mientras que al mismo tiempo puede ser utilizada como un dispositivo organizativo para la composición arquitectónica".

Revestido de travertino, el ala del museo presenta cuatro volúmenes apilados como capas que se desplazan tectónicamente. Con seis niveles internos, cada uno de ellos dedicado al mundo natural, el museo también revela un atisbo de la historia de la naturaleza a través de su propia forma, así como el trabajo de investigación del instituto. Neutelings Riedijk Architects imaginó una arquitectura que crea un "mundo" en el que se disuelven las fronteras entre construir y experimentar un sujeto. La colaboración de la firma con dos diseñadores líderes ha desarrollado aún más esta idea.

Inspirada en las formaciones rocosas y en la colección de Naturalis, la diseñadora de moda holandesa Iris van Herpen trabajó en frisos de hormigón de color blanco que abrazan suavemente este edificio monolítico, creando una transición sin fisuras entre el exterior y el interior. Me enamoré especialmente de los fósiles", explica. Esta vida eternizada en piedra es impresionante, estas formas congeladas me movieron a pensar en la piedra como un material drapeado, como la tela. Empecé a pensar en la arquitectura en términos de la arqueología de un vestido. Mi proceso de diseño en este caso -la escala del mismo y el descubrimiento de las técnicas correctas, la materialidad, la suavidad y la tridimensionalidad- era tan nuevo para mí".

Se han tenido en cuenta todos los detalles por dentro y por fuera, y la particular sofisticación en el uso de los materiales - una firma del trabajo de Neutelings Riedijk Architects - no pasa desapercibida. Travertino brillante de Irán, roble, piedra gris y hormigón blanco mezclado con mármol orquestan este nuevo centro de investigación. Integrados en las paredes, los paneles acústicos gráficos diseñados por el diseñador holandés Tord Boontje dialogan de manera especial con el espacio en el que habitan, a la vez que proporcionan líneas de visión que guían el recorrido del museo