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Los interiores tranquilos caracterizan una casa moderna de mediados de siglo de los 50 en la Ciudad de México

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HEMAA Arquitectura celebra la arquitectura de mediados de siglo de una casa familiar - diseñada por el arquitecto mexicano Augusto H. Álvarez - con una respetuosa renovación, además de una nueva paleta de materiales de roble claro y estuco gris

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Esta casa de cuatro habitaciones en la Ciudad de México, construida originalmente en los años 50, ha sido devuelta a su carácter moderno de mediados de siglo, con un toque contemporáneo, por la empresa HEMAA Arquitectura, con sede en México. Respetando los espacios vitales de planta abierta originales, los arquitectos han dado una nueva vida a la casa familiar con nuevos paneles de roble claro y una fachada de estuco gris.

Los arquitectos investigaron la historia de la casa, encontrando documentos originales que la remontan al renombrado arquitecto mexicano Augusto H. Álvarez, quien la diseñó en los años 50. Las modificaciones de las renovaciones anteriores fueron despojadas para revelar la estructura original de planta abierta y ligera. El plano de la cuadrícula base de Álvarez ensamblaba los espacios habitables alrededor de cuatro ejes estructurales cada cuatro metros.

El diseño original puede entenderse mejor en la planta baja, donde el amplio espacio abierto para vivir y comer está puntuado por delgados pilotes estructurales, y presenta un muro de cristal que se abre al jardín exterior. Arriba, el segundo nivel alberga los cuatro dormitorios y el tercer nivel tiene una terraza exterior, y una sala diseñada para el fitness y la salud.

HEMAA Arquitectura introdujo un tratamiento dramático de la luz y la oscuridad. La fachada monolítica de estuco gris oscuro en la parte delantera de la casa, que ofrece privacidad a los clientes, es un gran contraste con la fachada acristalada de la parte trasera de la casa, que abre el jardín para fusionar la vida interior y exterior.

El viaje dentro y a través de la casa, lleva a los habitantes gradualmente de la oscuridad a la luz. En el vestíbulo de entrada, se crea un escultural efecto chiro scuro a través de las aberturas de rayas verticales de la puerta principal. Este espacio conduce al resto de la casa donde la arquitectura interior de madera de roble claro en los espacios habitables neutraliza lentamente la luz, dando como resultado una atmósfera tranquila y edificante.