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#PROYECTOS DE ARQUITECTURA PÚBLICA
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Escuela Antoine de Ruffi / TAUTEM Arquitectura + bmc2 architectes
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Este monolito mineral, que alberga 22 aulas y zonas comunes, presenta una geometría estricta y unos volúmenes espectaculares.
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Sus fachadas de hormigón claro están esculpidas, y el calado de este grosor forma una columnata en el lado del puerto y una gran escalera en el lado de la ciudad, creando el juego de luces y sombras en sus vanos. En contraste con la envoltura del edificio, los interiores son cálidos y confortables gracias al uso del color y la madera.
Un lugar extraordinario. El grupo escolar Antoine de Ruffi ocupa un lugar estratégico entre la entrada del nuevo barrio de la Méditerranée y su "parque habitado", coordinado por el urbanista Yves Lion. Su situación ofrece, por un lado, una vista sobre el tejido suburbano en desarrollo, con almacenes dispersos, silos, fábricas de jabón, grandes urbanizaciones de los años 70 y, a lo lejos, el Macizo de l'Etoile. En la vista inversa, hacia el oeste, se ve el puerto y sus enormes barcos, las torres de Zaha Hadid y Jean Nouvel, así como el barrido continuo del viaducto de la autopista.
Monolito esculpido. A primera vista, este monolito combina masividad y mineralidad. La monumentalidad es la condición que garantiza su existencia en este denso distrito en el que está prevista la construcción de edificios de apartamentos de gran altura (hasta 17 pisos). Los arquitectos han limitado voluntariamente el número de componentes arquitectónicos y técnicos para garantizar la sencillez y la longevidad y asegurar un fácil mantenimiento. Construido con hormigón "bajo en carbono", de color claro, entre el blanco perlado y el beige de la arena coquina (muy apreciada por Pouillon), el edificio se ha vertido en el lugar y sin juntas. El minucioso trabajo de la "piel" ha dado lugar a la alternancia de partes de coquina y superficies lisas, mates y brillantes, y a un juego de luces y sombras en los vanos.
Diseño bioclimático: fachadas adaptadas a su exposición Las fachadas desempeñan un papel protector. Con un grosor de 100 cm, son el resultado de un "doble muro", un proceso de vertido simultáneo de dos velos de hormigón entre los que se inserta una forma rígida de aislamiento. Combinan rendimiento térmico y masividad a las dos fachadas minerales. En su espesor, los profundos vaciados colocados proporcionan al interior huecos útiles para la instalación de almacenes, puestos de trabajo y circulaciones de fluidos.
Ponerse a la altura de los niños El reto de diseñar una escuela para niños de 3 a 11 años es conseguir que les guste ir a la escuela y que el entorno de aprendizaje les resulte tan acogedor y protector como se espera de una institución de este tipo. La ergonomía, la comodidad y la atención de tener en cuenta la altura de los niños guiaron el trabajo de diseño general hasta los más mínimos detalles.
Interiores alegres y luminosos. Para crear sorpresa y contraste con la mineralidad de la envolvente y siempre en este estilo mediterráneo, el interior se siente alegre y colorido. La suavidad de las curvas y el uso de la madera permiten este universo infantil, cálido y envolvente. Esta madera, alerce de origen biológico procedente de los Alpes, se utilizó con moderación, para las grandes paredes revestidas de paneles de madera y acristaladas entre las aulas y las circulaciones y para los muebles empotrados.