Los gruesos muros de hormigón dan a esta nueva casa una fuerte presencia

Ramón Esteve Estudio ha completado recientemente una casa moderna en un pequeño pueblo cerca de Barcelona, España.

Situada en una pendiente muy pronunciada con abundancia de pinos, robles y olivos, la casa actúa como un refugio para sus propietarios, un lugar donde pueden retirarse del ajetreo de la ciudad y su agitada vida diaria.

Los pesados muros exteriores de hormigón sirven de coraza protectora de la carretera de acceso y de las casas vecinas, mientras que uno de los lados de la casa está abierto a la ladera y al bosque.

El patio ajardinado incluye una piscina de borde infinito, una barbacoa a la sombra, un comedor exterior, una zona de juegos y jardines.

Los materiales elegidos para la casa ayudan a integrarla en el paisaje. Los muros de hormigón tienen un color blanquecino, similar al de la piedra local, mientras que la madera y el acero envejecido del exterior de la casa recuerdan a los árboles.

En el interior de la casa, la madera elegida es más clara, lo que aporta una sensación de calidez a la casa.

El salón de doble altura está dominado por una gran librería y separado del comedor por una chimenea de doble cara.

Los dormitorios están en la primera planta, donde la luz del sol y las vistas están controladas por persianas correderas.