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#PROYECTOS DE ARQUITECTURA PÚBLICA
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La primera escuela impresa en 3D de Madagascar está por fin terminada
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Thinking Huts, una organización sin ánimo de lucro dedicada a hacer más accesible la educación, ha anunciado que una esperada escuela impresa en 3D en Madagascar está terminada tras siete años de trabajo.
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El proyecto, denominado Bougainvillea, fue diseñado por el estudio de arquitectura Designing Humanity (Yash Mehta y Bruno Silva) y el socio de impresión 14Trees.
Maggie Grout, fundadora y directora general de Thinking Huts, imaginó un diseño en forma de panal. Los arquitectos Bruno Silva y Yash Menta siguieron ese concepto para crear esta escuela. Bougainvillea se desarrolló para mejorar el acceso a la educación en zonas remotas y empobrecidas. El concepto modular aprovecha la impresión en 3D por sus ventajas de baja emisión de carbono y su capacidad para acortar el tiempo de construcción de meses a cuestión de días.
Según la UNESCO, más de 260 millones de niños de todo el mundo carecen de acceso a la educación. Es una cifra asombrosa que incluye a más de la mitad de los 1,3 millones de niños de Madagascar en edad de cursar la enseñanza primaria que no están escolarizados debido a la saturación de las aulas.
Por ello, Thinking Huts eligió el sur de Madagascar como lugar piloto. No sólo por la urgente necesidad de más infraestructuras educativas, sino también por el potencial de crecimiento económico del país, la estabilidad política y las condiciones óptimas para la captación de energía solar. El país también necesita desesperadamente escuelas. Se necesitan más de 22.000 escuelas para atender a la población de alumnos.
Las paredes impresas en 3D están hechas con una mezcla de cemento. El tejado, la puerta y las ventanas se fabrican con materiales de origen local. La escuela piloto impresa en 3D sigue un diseño modular de bajo coste para su escalabilidad y adaptabilidad. Inspirado en el concepto de colmena, cada módulo en forma de cuña puede unirse a otras unidades en una variedad de configuraciones.
Cada módulo puede utilizarse como un aula independiente con capacidad para 20 niños. También hay espacio para una biblioteca, una zona de lectura, pupitres y sillas de pizarra, dos aseos individuales, un lavabo compartido y un almacén. Los módulos también pueden adaptarse fácilmente a otros usos, como un estudio de danza, un taller de carpintería e incluso una vivienda.
Imágenes de Andry Niaina, Mattea LinAe y BOTO Friddet