{{{sourceTextContent.title}}}

Casa Acantilado es una villa junto al acantilado que ofrece una contemplación fresca

{{{sourceTextContent.subTitle}}}

La Casa Acantilado, diseñada por Zozaya Arquitectos, está situada en un acantilado de Zihuatanejo, México

{{{sourceTextContent.description}}}

Encaramada en una verde ladera con vistas a la bahía de Zihuatanejo, en la costa oeste de México, la Casa Acantilado es un nuevo y sorprendente punto de referencia local, que guía a los pescadores por la noche como un faro no oficial, asomando entre la espesa flora de la región, rica en especies autóctonas, aves y animales. La casa es obra del estudio de arquitectura Zozaya Arquitectos, con sede en Zihuatanejo, cuyo fundador, Enrique Zozaya, es experto en la creación de casas privadas idílicas que combinan lo local y lo global

En el caso de la Casa Acantilado, situada en una parcela de gran pendiente con vistas al océano Pacífico, el equipo de arquitectos desarrolló su diseño "como un elemento que emerge de las rocas, enfocado a la fabricación de un lugar, mimetizándose con el contexto gracias a los materiales y formas locales utilizados, poniendo en práctica las técnicas artesanales y la arquitectura vernácula del lugar". Y, efectivamente, la casa es una mezcla armoniosa de formas y materiales contemporáneos de inspiración modernista y de arquitectura vernácula y técnicas de construcción que se inspiran en el patrimonio de México.

El volumen principal de la casa, que contiene los amplios espacios sociales de la escapada, está ligeramente inclinado con respecto a su parcela y a la pendiente del acantilado, para aprovechar al máximo las mejores vistas. Aquí, una gran palapa (una estructura al aire libre con un techo de paja hecho de hojas de palma secas), da la bienvenida a los visitantes, ofreciendo una sala fresca y al aire libre para relajarse y entretenerse. Los arquitectos han utilizado inteligentemente métodos tradicionales de ventilación cruzada, muchas zonas al aire libre y materiales frescos, como la piedra, la madera y las hojas de palma, además de utilizar mano de obra local para la construcción, con lo que esperan contribuir a mitigar el consumo de energía de la casa.

El otro volumen de la Casa Acantilado alberga dormitorios, así como su espacio exterior característico: una llamativa piscina infinita que hace que los bañistas se sientan como si se sumergieran en las aguas del Pacífico. Mientras tanto, una segunda piscina, a la que se accede a través de una monumental secuencia de escalones de hormigón bajo la casa, y envuelta en paredes de hormigón encofrado, ofrece una experiencia contrastada de nadar en una cueva, mientras se contempla el agua azul y las verdes copas de los árboles de este idílico refugio; un espacio perfecto para refrescarse y contemplar.

INFORMACIÓN

zozayaarquitectos.com