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#PROYECTOS DE ARQUITECTURA RESIDENCIAL
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Katarzyna Baumiller da un toque de fantasía a un majestuoso apartamento de Varsovia de la preguerra
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Varsovia es una de las ciudades cuyo parque inmobiliario más sufrió durante la II Guerra Mundial, por lo que siempre es un placer para arquitectos y diseñadores trabajar en los pocos edificios de antes de la guerra que sobrevivieron. Es el caso de este apartamento centenario en un bloque de viviendas del centro de la ciudad que la interiorista polaca Katarzyna Baumiller renovó para una joven familia que acababa de regresar a Polonia desde Nueva York.
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Lo que realmente hace que el proyecto destaque es cómo Baumiller ha conseguido a la vez celebrar el patrimonio arquitectónico clásico de la propiedad e introducir una estética única y caprichosa de atrevimiento contemporáneo. "He yuxtapuesto deliberadamente ricas molduras de escayola, parqué clásico y puertas de madera tradicionales con azulejos reflectantes y acero y cristal lacados en color para complicar el carácter burgués del edificio", explica la diseñadora. Y lo ha conseguido, entre otras cosas diseñando a medida muchos de los muebles del apartamento, basándose en un lenguaje de formas geométricas abstractas y colores de ensueño como el lavanda, el rosa y el añil.
Aunque el edificio salió relativamente ileso de la II Guerra Mundial, había estado abandonado durante mucho tiempo y, aunque finalmente fue renovado, no había sobrevivido ningún elemento decorativo original en el apartamento. No obstante, Baumiller se aseguró de recrear minuciosamente las molduras muy ornamentadas del inmueble, los hermosos suelos de parqué y la carpintería de puertas y ventanas finamente detallada. Mientras que otros diseñadores habrían complementado la grandeza clásica del apartamento con muebles antiguos o contemporáneos de sobria elegancia, Baumiller introdujo un irreverente sentido del juego y el humor a través de una serie de muebles únicos que diseñó a medida para el proyecto.
Con formas y colores inesperados, las piezas a medida van desde los armarios de la cocina en tonos rosas y la librería del suelo al techo, con escalera corredera, hasta los espejos de formas abstractas que reflejan los interiores de formas inesperadas, pasando por la mesa de comedor de madera y mármol y las mesas de centro de azulejos; de hecho, muchas de estas piezas se han convertido en la base de la nueva línea de productos de la diseñadora. Una ecléctica selección de muebles y lámparas contemporáneos, como Lapis, un voluptuoso sofá seccional de color rosa de Emanuel Gargano y Anton Cristell para Amura, y Oïphorique, una lámpara de 2,5 metros de Atelier Oï para Parachilna, reflejan la sensibilidad escultórica y las formas redondeadas de los diseños a medida de Baumiller. El conjunto se completa con una serie de cortinas ombré diseñadas a medida que pasan del blanco al lavanda, el rosa o el añil en función de la habitación.
La ecléctica colección de muebles se complementa con detalles únicos, como los umbrales de piedra de las puertas, diferentes en cada habitación, y los conductos de aire rosas del comedor, que funcionan como un gesto escultórico; pero quizá lo que mejor resume el enfoque idiosincrásico de Baumiller es la torre para gatos diseñada a medida del salón. Tapizada en terciopelo azul cobalto, esta estructura que desafía los sentidos fue concebida por Baumiller como un lugar para que los dos gatos de los propietarios, uno de los cuales tiene problemas de movilidad, jueguen, hagan ejercicio y duerman, pero también puede ser utilizada con seguridad por adultos y niños para sentarse o acurrucarse en ella.