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#PROYECTOS DE ARQUITECTURA RESIDENCIAL
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Casa La Cumbre / LKDM Arquitectos
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El proyecto se ubica en Santa María de Manquehue, por encargo de una pareja que adquirió un terreno con un gran jardín y una casa de estilo colonial de los años 80 que no aprovechaba su entorno.
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La intención de los clientes era desarrollar una nueva casa sobre la existente, ya que la original no aprovechaba las vistas panorámicas de la ciudad y cerraba puntos interesantes de su entorno paisajístico, como el gran jardín circundante, la cordillera de los Andes al este y la cumbre del Cerro Manquehue al norte. Esta misma condición de cierre perjudicaba la luz interior de las habitaciones, sombreadas, frías y con humedad ya incrustada en los muros. Esto, sumado a la ubicación con mucha vegetación, las ventanas mal orientadas y la sombra que proyectaba la montaña, agravaban esta condición, por lo que la nueva casa debía solucionar estos problemas y ser eficiente en términos de consumo energético.
El encargo se basó en la idea de crear una casa nueva que abriera completamente sus vistas tanto al entorno inmediato (los jardines y la colina) como al lejano (la ciudad), pero al mismo tiempo se planeó reciclar parte de la casa preexistente para evitar su demolición completa y reducir así la huella de carbono de la nueva; se reutilizaron sus cimientos y los muros de la primera planta (1/3 de ellos), pero ahora recubiertos de aislamiento exterior y revestidos de piedras recicladas para evitar el mantenimiento futuro de sus fachadas.
A su vez, gran parte de sus componentes, como ventanas de doble acristalamiento, puertas, algunos sanitarios, grifos y muebles de cocina, se distribuyeron para diversos usos a través de donaciones para mejorar otras viviendas, ya que la mayoría se encontraban en excelentes condiciones.
Para lograr la eficiencia energética, hubo que adaptar la forma y el espacio de las habitaciones para captar la luz natural y apropiarse sutilmente de las vistas de la ciudad para no perturbar el entorno. Los voladizos orientados al sur se dispusieron para abrirse a las vistas, con perforaciones en el tejado para permitir el paso de la luz del norte y la vista del Cerro Manquehue.
El espacio interior se diseñó para generar una conexión entre los pisos y así permitir la entrada de radiación en invierno a través del segundo piso hacia el primer nivel, donde se aprovechó la masa de los muros del primer piso (aislados del exterior) para acumular las ganancias solares y generar un equilibrio de temperaturas en el interior siguiendo los principios del diseño solar pasivo. Este mismo aislamiento continuo evita los puentes térmicos en las zonas más frías y, con ello, elimina la condensación que generaba gran humedad en el interior de la casa anterior.
Se utilizó una combinación de tipos de apertura de ventanas según el uso de las estancias; abatibles o proyectantes en las zonas de dormitorios, ya que sellan mejor y tienen menos infiltraciones, y correderas con mayor infiltración en los espacios comunes como el salón-comedor para abrir y conectar estas estancias con el gran jardín preexistente.
En los meses de verano, con la estrategia en la fachada norte de voladizos y antepechos, se controló la entrada directa de radiación al interior, permitiendo que la masa térmica de los muros absorbiera el calor del aire de las habitaciones y lo liberara mediante estrategias de ventilación nocturna para enfriarlas.
Las estrategias de refrigeración pasiva se complementaron con la cubierta, considerando un aislamiento continuo con cámaras de aire y dos tipos de ventilación; por un lado, convectiva, dada la forma de la cubierta que se eleva hacia el sur, permitiendo en esta misma fachada alternar ventanas altas para dejar libre la salida de aire de extracción. La segunda forma de ventilar era cruzada entre patios vegetados en el centro y norte, proporcionando enfriamiento evaporativo a través de la sombra y evapotranspiración generada de forma natural por las plantas y árboles situados en estas zonas.
Los sistemas de iluminación inteligentes y eficientes propuestos en la casa se conectaron a un sistema fotovoltaico situado en una zona estratégica de la cubierta norte, que recibe la mayor radiación anual, para proporcionar electricidad continua sin depender de generadores de energía fósil.
Aunque el paisajismo ya existía y los propietarios pidieron conservarlo, se complementó y restauró principalmente con especies naturalizadas y endémicas de la región, que tienen bajo consumo de agua para optimizar este recurso.