Una casa "imperfecta" en Bangkok

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#PROYECTOS DE ARQUITECTURA RESIDENCIAL

En medio de las ruidosas y ajetreadas calles de Bangkok, una casa se alza como un enorme baluarte para proteger la vida doméstica de la congestión exterior. Fue concebida por el arquitecto Boonserm Premthada, de Bangkok Project Studio, que no sólo es el diseñador, sino también el propio cliente: el edificio sustituye a las dos viviendas familiares del arquitecto, de madera y muy alteradas a lo largo de cincuenta años, que había en el solar, y alberga su estudio de arte y arquitectura y su residencia privada.

Desde hace años, el estudio trabaja con un fuerte arraigo en la cultura constructiva y las tradiciones expresivas de su país, prestando especial atención a la sostenibilidad de los productos y procesos mediante la implicación de artesanos locales y el reciclaje de materiales. "La parte trasera de la casa" es una clara demostración de ello.

El edificio de tres plantas ocupa un solar delimitado por un denso tejido edificado: la parte trasera, en concreto, da al jardín vecino sobre el que se levanta una casa tradicional tailandesa y en el que hay un gran baniano. Esta presencia vegetal "salvadora" y oxigenante en el corazón de la metrópolis fue la inspiración de todo el planteamiento del diseño: mientras que la casa sólo ofrece un muro liso y cerrado a la fachada de la calle, en la parte trasera el muro se desmaterializa, dejando espacio para una gran abertura central, que permite ver el exterior y filtrar la luz y la ventilación naturales. La vivienda de tres plantas alberga un dormitorio y un comedor en el primer nivel, un dormitorio en el segundo, un estudio y otro dormitorio en el tercero.

En el curso de la experimentación a lo largo de los años, el estudio ha desarrollado una tecnología de construcción eficaz y respetuosa con el medio ambiente basada en ladrillos hechos a mano en los que se mezclan, en porcentajes variables, cemento, piedra caliza, arena y cenizas volantes recuperadas de una central térmica de carbón: los elementos resultantes son especialmente resistentes e impermeables al agua, pero ligeros y manejables. En Back of the House -como se llama este proyecto- las cáscaras están hechas íntegramente con esta tecnología, lo que confiere a la construcción un aspecto rugoso y un tono gris que la mimetiza con su contexto. Las juntas de mortero desbordantes crean un efecto plástico en las fachadas, subrayando el valor de la unicidad y la imperfección del trabajo manual que, para el arquitecto, es una condición esencial para cualquier expresión artística.

Los interiores son sencillos y frugales, confirmando un planteamiento de diseño que busca la esencialidad y la autenticidad: un colchón para dormir, unos pocos muebles y un espacio fluido para acoger las múltiples actividades de la vida cotidiana. Las superficies que quedan inacabadas, tanto en los exteriores como en los interiores, están ahí para subrayar una vez más cómo las imperfecciones y los defectos de la arquitectura no deben reprimirse, sino dar al espacio un carácter más vivo y humano.