Museo Moderno de Estambul / Taller de construcción Renzo Piano + Arup

Con 10.500 metros cuadrados de superficie útil distribuida en cinco niveles, el nuevo edificio del Istanbul Modern comprende grandes galerías de exposiciones, espacios multifuncionales, zonas dedicadas a la educación, oficinas y espacios para la actividad comercial.

El edificio se basa en una retícula de 8,4 x 8,4 metros con columnas de hormigón armado diseñadas para resistir importantes eventos sísmicos. Las columnas circulares y los embudos mecánicos redondos forman un paisaje arquitectónico a nivel del suelo. Las formas redondas de estos elementos estructurales suavizan la transición entre luz y sombra y crean un entorno luminoso y seguro al eliminar la división tajante entre luz y oscuridad.

En la planta baja, junto al vestíbulo principal, hay una biblioteca, una cafetería, una tienda del museo, puntos de información y espacios para talleres educativos. Una valla de cristal transparente bajo el volumen principal del edificio ofrece zonas protegidas para una terraza de esculturas al aire libre, así como espacios educativos para niños. Las zonas públicas del museo están conectadas por una amplia escalera central, suspendida en un gran vacío en el centro del vestíbulo principal. Desde el vestíbulo de la planta baja, la escalera da acceso a un auditorio de 156 plazas situado en una entreplanta subterránea. Las galerías de fotografía y pop-up se encuentran en la primera planta, al igual que las oficinas del personal, la educación y las salas de actos. El restaurante de la fachada sur tiene una terraza exterior con vistas al mar.

Todos los espacios del vestíbulo en los niveles superiores ofrecen a los visitantes vistas tanto del Parque Tophane como de las aguas del Bósforo, manteniendo una conexión visual con el entorno del museo que también ayuda a los visitantes a orientarse dentro del edificio.

La segunda planta cuenta con 3.300 metros cuadrados de espacio expositivo que albergan galerías de exposiciones permanentes y temporales. Una escalera conduce desde el vestíbulo de la segunda planta a una linterna de cristal que da a una azotea de 650 metros cuadrados que se eleva sobre un plano poco profundo de agua que se extiende por todo el tejado. Los reflejos de la ciudad en el agua y el mar, que se funden en uno, crean una conexión metafísica.