Casino y Hotel Ovalle

Turner Arquitectos se enorgullece en presentar el Casino y Hotel de Ovalle, ubicado a unos 3 kilómetros del centro de la ciudad de Ovalle, lejos de la bulliciosa trama urbana, estableciendo una ciudadela en medio del pintoresco valle del Limarí. Inspirándose en los antiguos habitantes del valle que buscaban refugio en las quebradas -grandes grietas que atraviesan la meseta central- esta intervención arquitectónica pretende crear una nueva quebrada dentro de su nuevo entorno.

Esta fisura busca proporcionar un santuario, con sus rincones ocultos que generan una secuencia de espacios interiores y exteriores protegidos del tráfico y el ruido externos, fomentando la tranquilidad y la relajación.

Una gran pirca de piedra perimetral define el espacio habitable de esta ciudadela recién descubierta, sobre la que se apoyan los volúmenes que albergan diversos componentes del programa arquitectónico, formando una planta cuadrada que se cruza en diagonal y da lugar a la grieta central convergente. Esta estructura monolítica e impermeable parece como si estuviera intrincadamente tallada de dentro hacia fuera, mientras que los materiales pétreos permanecen intactos a lo largo del perímetro.

A excepción del hotel, todos los demás edificios presentan un diseño hermético y sus muros están chapados con piedras procedentes de los alrededores, evocando un ambiente vernáculo que rinde homenaje a las paredes rocosas de los barrancos del valle del Limarí.

Cada volumen, con su forma única, revela sutilmente lo que hay en su interior. El Casino y el Salón de Baile ocupan conjuntamente una gran caja de una sola planta, accesible desde direcciones opuestas y adornada con un jardín botánico en la azotea que cultiva las especies de cactus predominantes en la región. Al otro lado de la grieta central, el Hotel y el Spa están conectados, aunque diseñados con un lenguaje arquitectónico claramente distinto que armoniza los respectivos programas interiores manteniendo un carácter accesible. El Hotel destaca por su revestimiento metálico, inspirado en las formas geométricas de la cultura diaguita, que recuerda un motivo greca. El Balneario consiste en una serie de volúmenes cerrados de 75 metros que albergan piscinas climatizadas, salas de tratamientos corporales e instalaciones similares, y que culminan en una piscina exterior. Al final del recorrido se alza el Museo Diaguita, un cubo monumental de hormigón visto, acentuado por cortes cenitales de luz natural.