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#PROYECTOS DE ARQUITECTURA RESIDENCIAL
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Un proyecto de reutilización en Basilea convierte un almacén de vino en vivienda colectiva
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La intervención de Esch Sintzel redefine una porción de un antiguo paisaje urbano productivo, reinterpretando críticamente algunos hilos fundamentales del Movimiento Moderno en clave contemporánea.
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Como parte de un plan más amplio de regeneración urbana del distrito de Lysbüchel, en Basilea, el estudio zuriqués Esch Sintzel ha transformado un almacén de vinos en un edificio residencial. En lugar de demoler y reconstruir, los arquitectos han definido una estrategia de diseño que considera el edificio existente no como un residuo, sino como un recurso espacial sobre el que injertar un programa de intervenciones orientadas a la reutilización y la vida contemporánea.
La característica principal del proyecto es la relación entre la estructura portante, la envolvente y las particiones. Las columnas, en particular, son las protagonistas del antiguo edificio, dando una identidad audaz a los espacios con su capitel troncopiramidal invertido. La decisión de trasladar esa monumentalidad que encarnan al nuevo condominio pretende ser sugerente y ayuda a definir el carácter formal y táctil de los pasillos y espacios del interior de los apartamentos.
Una fachada acristalada sombreada por balcones continuos ha sustituido a la antigua envolvente. Su refinada interacción entre postes, cortinas y parapetos da una sensación de tridimensionalidad y dinamismo a un edificio que, de otro modo, estaría dominado por la rigidez de sus planos. Como se preveía, las estructuras verticales se desprenden siempre de cerramientos y particiones, asumiendo un papel decisivo en la definición de los espacios interiores. Aligerándose progresivamente a medida que se avanza hacia el exterior en relación con los macizos pilares preexistentes, se obtiene una armoniosa penetración de la luz natural.
Las distribuciones de los apartamentos se diversifican y articulan en un interesante sistema de dúplex entrelazados, permitiendo en muchos casos la doble orientación. Esto, junto con la planta libre, la inserción de espacios colectivos y el intento de convertir los pasillos en "rues intérieures" atestiguan el deseo de restablecer puentes con algunos temas sagrados del Movimiento Moderno, sin renunciar a las expresiones contemporáneas.
La decisión de construir sobre lo construido y recuperar parcialmente las estructuras existentes ha garantizado reducir el impacto medioambiental de la construcción, con una reducción del 42% de la energía incorporada. Además, un sistema fotovoltaico y una bomba de calor garantizan la autosuficiencia del edificio en dos tercios del consumo total de energía.