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El restaurante Mistinguett de París evoca el glamour mítico de Les Années Folles

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Situado en el legendario Casino de París, el recién inaugurado restaurante Mistinguett tenía mucho que ofrecer.

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No sólo ocupa el imponente comedor de Le Perroquet, donde la alta sociedad se codeaba con artistas famosos en los años 20, sino que también lleva el nombre de la madrina oficial de la histórica brasserie, la extravagante cantante y bailarina Mistinguett, que fue la artista francesa más popular de su época. Nos complace informarle de que Mistinguett está a la altura de su mítico glamour gracias a la decoración teatral inspirada en los locos años veinte, obra de los arquitectos Hugo Vince y Adèle Nourry, fundadores del Atelier Ha, la suntuosa cocina de bistró del Chef Etienne Daviau, los extravagantes cócteles servidos bajo una monumental vidriera Art Nouveau y un variado elenco de cantantes, músicos, cómicos, DJ e incluso acróbatas que inyectan un espíritu festivo al servicio de cena.

El Casino de París es un lugar de referencia de la vida nocturna parisina desde hace más de 130 años, en realidad desde el siglo XVIII. Fue aquí donde Jeanne Florentine Bourgeois debutó en 1895 como Mistinguett en un escenario de 1.500 localidades, convirtiéndose en la indiscutible "Reina del Music Hall" y, en su momento, en la artista mejor pagada del mundo. Dotada de un atractivo magnético y sensual, sus arriesgados números, su alegre energía y sus escandalosos trajes llenos de brillantes y plumas de avestruz cautivaron al público, al igual que su personalidad fuera de lo común y su afición a saltarse las convenciones. Sofisticada, liberada, audaz y elegante, y una auténtica bon vivant, La Miss, como era más conocida, fue la inspiración de los empresarios Magali (Malou) Faure y Benjamin Demay para revivir el histórico restaurante del Casino de París como "un lugar de historia, de amor, de celebración, de compartir, de buenos momentos".

Vince y Nourry revisaron fotografías de archivo de Le Perroquet y de brasseries parisinas de los años veinte, imprimiendo al restaurante de 130 plazas un tono seguramente teatral que evoca el ambiente de los Années Folles. Centrado en una monumental vidriera de estilo Art Nouveau instalada en 1922 cuando el Casino de París fue reconstruido por el arquitecto Marcel Oudin, el espacio abovedado sobre la sala de música está envuelto en una paleta de colores predominantemente rojos, telas de felpa y detalles de la Belle Époque.

Banquetas, sillas y mesas bicolores con patas lacadas, inspiradas en el Art Déco y hechas a medida, se combinan con antigüedades de Francia, Italia y Bélgica, entre ellas dos impresionantes lámparas de cristal de Murano con forma de pluma. Una alfombra roja y negra con estampado de leopardo, un arco luminoso y un cielo nublado en trampantojo que el artista plástico Matthias Kiss pintó en el techo abovedado para "traer el exterior al interior" contribuyen al glamour y la teatralidad de la decoración, al igual que los detalles en pan de oro y las cortinas de terciopelo rojo.

El menú de temporada del chef Etienne Daviau celebra la cocina francesa clásica con toques modernos. La comida de bistró incluye clásicos franceses como la sopa de castañas ahumadas, el filete de rodaballo o de gallo, y el côte de boeuf o el solomillo de ternera envuelto en hojaldre, trinchados en la mesa de una forma teatral acorde con el diseño del comedor. Igual de teatral es el tradicional carrito de quesos que rueda por la alfombra estampada de leopardo con una docena de variedades para elegir, los cócteles de autor con nombres de famosas coristas como Joséphine Baker y Zizi Jeanmaire que animaron los salones de música parisinos del siglo XX y, por supuesto, los cantantes de jazz, bailarines, acróbatas, DJ, violinistas y otros artistas que recuerdan a los clientes del restaurante que se trata de pasarlo bien cada noche.