Casa Leonard . Bondi

Situada en una tranquila calle sin salida bordeada de árboles en el barrio playero de Bondi, Leonard House es una modesta estructura ligera de madera de dos plantas, revestida de fibrocemento y con un tejado a un agua.

El proyecto se sitúa en una calle con una mezcla ecléctica de casas. Es único e inesperado, se asienta cómoda y deliciosamente, atrayendo el interés de los transeúntes. El entorno del proyecto recuerda al paisaje de un músico ascético y está protegido por dos magníficos árboles, uno en la parte delantera y otro en la trasera de la propiedad.

El proyecto se diseñó y construyó para una saxofonista profesional, su marido y su joven y creciente familia. El encargo trascendía las discusiones habituales sobre forma, función y detalles minuciosos, y buscaba inesperadamente la inspiración en compositores musicales como Bartok y Shostakovich. Tras muchas deliberaciones y discusiones, el plan evolucionó y la influencia de Peter Markli resonó con fuerza. Con la conciencia del plan cuestionada, el resultado guía, facilita y dicta con éxito la forma en que se ocupan físicamente los espacios y la manera perfeccionada en que deben suceder las cosas en esta casa.

En conjunción con la vida familiar, este proyecto también pretende cultivar no sólo el talento musical de la clienta, sino también el de sus jóvenes protegidos. El fomento del talento tiene lugar en la sala de ensayo, cerrada a la calle por una gran puerta corredera de madera colgada desde arriba, con ojos de buey acristalados perfectamente colocados que permiten vislumbrar esta vida musical interior. Es una sala construida expresamente para que un músico la ayude a crear y enseñar grandes obras musicales. La calidez de la mente es importante en la creación de este espacio, y esto no se pierde en el proceso.

Las consideraciones acústicas para la sala de ensayo eran primordiales. Se especificaron ventanas de doble acristalamiento y puertas de núcleo macizo rellenas de lana de vidrio para proporcionar un elemento de insonorización. Más allá de la sala de prácticas se desarrolla la vida familiar. A través de una discreta entrada lateral se encuentra una cocina abierta bien diseñada y una sala de estar que ofrece abundancia de espacio y almacenamiento. Los detalles en madera proporcionan momentos únicos de deleite, fomentando una riqueza que se disfruta en todas partes. El salón es generoso, espacioso y luminoso, y el sueño de una mesa para doce comensales en la que puedan reunirse amigos y familiares se hace realidad. Aquí coexistirán actuaciones musicales y momentos memorables.