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#PROYECTOS DE PAISAJISMO Y URBANISMO
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Entrada del parque Faille Cachée des Marais / Martin Gaufryau + Quentin Barthe + Tom Patenotte
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El concurso organizado por la ciudad de Bourg-Saint-Maurice pedía el diseño de un elemento arquitectónico que simbolizara la entrada al parque e intentara tender un puente entre dos paisajes distintos, animando a los paseantes a pasar de uno a otro.
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El emplazamiento propuesto se encuentra en el punto de encuentro de dos componentes muy dispares: un terreno deportivo urbano y un parque, ambos unidos por una pasarela. Los dos entornos, el construido y el natural, están separados físicamente por el río Versoyen.
Es en la convergencia de todos estos elementos, puente, río, llanura y parque, donde elegimos instalarnos, ya que es en los puntos de confrontación entre espacios heterogéneos constreñidos donde los proyectos cobran sentido y responden mejor a las cuestiones planteadas. Al espacio exterior no se entra por una puerta convencional. El parque no tiene techo, por lo que la noción de puerta debe reexaminarse y deconstruirse a través de la experiencia de atravesarlo.
La estructura, de pino local, se compone de un conjunto de pórticos verticales que enfatizan la esbeltez grácil e infinita de los árboles. Este armazón desnudo y radical evoca un volumen levitante. El trazado crea una reacción física en los paseantes, primero haciéndoles pasar por debajo y luego invitándoles a levantar la cabeza hacia arriba. Un banco, que constituye la relación del proyecto con el suelo, les permite sentarse y contemplar el cielo a través del hueco que se abre sobre ellos o el paisaje del Marais que tienen ante sí.
Por último, la construcción puede albergar exposiciones como un mapa del parque o incluso, mediante un sencillo sistema de ganchos, exposiciones fotográficas y tablones educativos. Este bosque estructural, altamente organizado y simbólico, cumple una función y contribuye a restablecer un bien preciado, pero en peligro de extinción: la señalización pública. La discreción radical del proyecto consigue tender un puente entre lo vernáculo y lo contemporáneo, en consonancia con la obra de Charlotte Perriand en Les Arcs.