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Centro de experiencias ecológicas en Luisenpark / Bez+Kock Architekten

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Una de las cualidades especiales de Luisenpark es que los elementos paisajísticos permiten que los elementos estructurales queden relegados a un segundo plano. Por eso, en nuestro diseño, los nuevos edificios no se desarrollaron como edificios en el sentido clásico, sino como pabellones de una sola planta y forma orgánica que están rodeados por el parque circundante.

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Una estructura de techo elegantemente curvada que descansa sobre soportes de filigrana cubre los interiores acristalados de suelo a techo, creando una transición fluida entre el espacio interior y el exterior. Elementos cerámicos esmaltados en verde oscuro y finamente brillantes encierran las zonas de las habitaciones contiguas. La silueta plana del esbelto borde del tejado se desliza bajo las ramas colgantes de los árboles. Las marquesinas circunferenciales ofrecen a los visitantes del parque protección contra el sol y la lluvia.

La estructura curva del tejado, de unos 120 metros de largo y hasta 30 metros de ancho, conecta las numerosas zonas funcionales del edificio. En su extremo sur, el nuevo restaurante del parque formula un gesto acogedor para los visitantes que llegan. El comedor está enmarcado por una fachada curva de cristal y da al estanque Kutzerweiher. Unas grandes puertas correderas permiten extender el restaurante bajo la marquesina en voladizo durante los meses de verano.

Al norte del restaurante hay una pajarera de vuelo libre, para la que se abrió un hueco de 1.300 m2 en el tejado. La pajarera está cubierta por una red de cables de 18 metros de altura sostenida por 3 pilones. El camino de los visitantes a través de la pajarera discurre por un paisaje modelado con un curso de agua y dos estanques. El establo y el edificio de cuidados ocupan el extremo norte de la cubierta.

Ligeramente apartada de la cubierta principal, se realizó una instalación para pingüinos de 580 m2, cuyo contorno también sigue un lenguaje de diseño dinámicamente curvado. El paisaje aquí se modeló mediante una mezcla de granito auténtico y roca artificial. Para los pingüinos se creó una piscina de 250 m3 de capacidad que permite observarlos por encima y por debajo del agua.

El desnivel hasta el Kutzerweiher, cuatro metros más abajo, se interceptó con un muro de hormigón apisonado que sigue la orilla del estanque con una suave curva. Debido a su porosidad y a las capas claramente visibles del hormigón apisonado colocado por capas, recuerda a las capas de sedimentos de una cantera. El muro se transforma así de elemento estructural en elemento paisajístico.

A través de un profundo corte en el muro de hormigón estampado, los visitantes entran en el mundo submarino poligonal desde la orilla del estanque. La solera de color arena aquí sólo se lijó deliberadamente, las paredes recibieron una capa de rayado ligeramente brillante y el techo se pintó de color azul noche. Así se crea un lugar contemplativo con influencias minerales, donde se exhiben peces de todos los continentes en 21 peceras.

La implantación de la familia de edificios en forma de ameba ha dado al Luisenpark un rostro nuevo e inconfundible con un efecto de conjunto creador de identidad para la Exposición Federal de Horticultura BUGA 2023. En la segunda fase de construcción, la Escuela Verde y la Casa del Ocio ampliarán esta familia de edificios.