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#PROYECTOS DE ARQUITECTURA COMERCIAL
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Studio Amaro de Bergman and Co.
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Bergman and Co. recurre a la estética italiana de los años 70 para el último restaurante del Grupo Commune, al tiempo que mantiene vínculos con otros locales asiáticos del grupo.
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Studio Amaro es como un "cálido abrazo", dice su diseñadora, Wendy Bergman, de Bergman and Co. Aunque el local, de 100 plazas y recién inaugurado en el Windsor de Melbourne, irradia un ambiente acogedor y agradable, también evoca sentimientos de nostalgia. Los salones de pana, los acabados en nogal, la iluminación tenue, las pegatinas naranjas de las ventanas y las baldosas color chocolate recuerdan a un establecimiento nacido en los años 70.
El local es el último restaurante del grupo Commune, cuya cartera de restaurantes en Melbourne incluye el aclamado Tokyo Tina en Windsor, Firebird en Prahran y Moonhouse en Balaclava. Lo que diferencia a Studio Amaro de sus hermanos es que se trata del primer restaurante italiano del grupo, especializado sobre todo en cocina asiática de fusión. La ampliación de la dirección brindó a Bergman y compañía la oportunidad de crear un nuevo lenguaje y una nueva identidad.
A pesar de ser una nueva aventura, Bergman explica que se ha hecho un gran esfuerzo por mantener la continuidad y el carácter de cada uno de los interiores. A diferencia de las sedes anteriores, que encarnan las narrativas históricas de los edificios que ocupan, Studio Amaro se encuentra en un emplazamiento contemporáneo. "El reto al que nos enfrentábamos era que nuestro nuevo edificio carecía del encanto histórico de los demás. Necesitábamos incorporar parte de esa esencia al espacio para crear la impresión de que no era nuevo", dijo.
Para conseguir un aspecto envejecido, el equipo de diseño integró cálidos detalles de madera, acentuados con tonos naranja, rojo, mostaza y verde oscuro, en lo que Bergman describe como "un guiño al italiano de mediados de siglo con un toque contemporáneo"
"Queríamos que el ambiente del local complementara la comida que se iba a servir. El restaurante es desenfadado e informal, e iba a hacer mucho hincapié en el maridaje de alcohol y comida, así que necesitábamos reflejar esas funciones y componentes clave", explica.
Dado que el local lleva el nombre de un tipo de licor, no es de extrañar que, al entrar en el edificio, lo primero que llame la atención sea una prominente barra con azulejos de mosaico, obra del marido de Bergman, fundador del estudio de diseño industrial Please Please Please. La barra y su estantería acristalada sirven de tabique, dividiendo la planta baja en dos secciones distintas. Su transparencia permite la visibilidad desde cualquiera de las dos zonas, lo que da una sensación de intimidad y a la vez de interconexión. Las zonas también están definidas por la juguetona disposición del suelo de madera, orientado en diferentes direcciones y patrones para delimitar y romper el nivel del suelo.
Mientras que la planta baja se presenta más como un relajado salón-bar con ofertas de comida y bebida, la planta superior se asemeja a un restaurante tradicional. Se mantiene la coherencia en la materialidad de ambos niveles, lo que da lugar a un flujo ininterrumpido. La paleta de colores difiere ligeramente de una planta a otra: la planta baja es algo más oscura, taciturna y parecida a un antro.
"Arriba hay muchos cristales, pero no queríamos que pareciera una pecera o que todo el mundo te estuviera mirando, sino que diera la sensación de poder sentarse cómodamente en el espacio y observar el mundo. Para crear esa sensación, integramos esta fabulosa calcomanía naranja que rodea las ventanas, que era una forma estupenda de atenuar todo eso, pero que tiene un aspecto visual enérgico tanto desde fuera, desde la calle, como desde dentro", explica Bergman.
Cuando se diseña un restaurante, es fundamental conocer a fondo el tipo de experiencia gastronómica que quiere ofrecer el cliente, ya sea un bocado rápido o una larga sobremesa. En el caso de Studio Amaro, explica Bergman, el cliente manifestó su deseo de atender tanto a clientes esporádicos como a los que se quedaban a comer. "En realidad, era difícil ofrecer distintas experiencias, porque en cuanto la gente entra en un local, inconscientemente ya ha decidido cuánto tiempo quiere quedarse", explica.
"El diseño de interiores influye en el tiempo que una persona permanece en un local, ya sea para tomar un bocado rápido o para pasar toda la noche. Esa decisión viene dada por los niveles de iluminación, el tipo de música que suena, la comida, el personal y la estética del local"
Separar el interior en distintas zonas fue uno de los métodos que utilizó el bufete para atender a las distintas experiencias de los usuarios. Otro planteamiento fue hacer que todos los asientos y rincones del local fueran lo más apetecibles posible para que, por ejemplo, los clientes que vienen a comer sentados vean la posibilidad de volver para tomar algo rápido. "No queremos que la gente que nos visita piense: 'Oh, la última vez me senté ahí. Ese era el mejor sitio' Para nosotros es muy importante que cuando nos visiten sientan que están sentados en un buen espacio y que se sientan atraídos a volver y vivir una experiencia diferente en una zona distinta"
En cuanto a los aspectos difíciles del proyecto, Bergman mencionó que la acústica del edificio, las columnas existentes y la necesidad de acondicionar los servicios planteaban problemas. Para evitar que el sonido rebotara en el cristal y los techos altos, el equipo de diseño integró placas de yeso perforadas en el techo para absorber el ruido. Aplicaron azulejos oscuros en las columnas para dar la impresión de que los pilares eran un elemento de diseño y no funcional. Al instalar los servicios en el espacio del techo, no querían comprometer la altura del techo, así que colocaron estratégicamente mamparas en determinadas zonas, lo que les permitió elevar el techo en otras, como sobre los asientos.
A pesar de estos obstáculos, Bergman y compañía han conseguido crear un espacio que guarda relación con los demás locales del grupo, pero que a la vez se distingue de ellos. El resultado es un ambiente agradable y acogedor, capaz de albergar cómodamente a diversos grupos de usuarios con distintas motivaciones.
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