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#PROYECTOS DE ARQUITECTURA PÚBLICA
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Ampliación de preescolar Cocoon en la Escuela Internacional Bloomingdale / estudio de diseño andblack
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En una región donde los sistemas educativos tradicionales dominan el sector, la Bloomingdale International School de Vijayawada pone de relieve el poder transformador de la arquitectura paramétrica para ampliar los límites de la educación y desafiar las normas convencionales.
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Se trata de un instituto único en su género y la única escuela internacional del estado de Andhra Pradesh (India) que tiene: en su valor fundamental, la visión de ofrecer una educación poco convencional según los estándares; en su corazón, ir más allá de lo que ofrecen otros centros preescolares de la región; y en sus instrucciones, aportar un cambio de paradigma en la educación infantil a través de un diseño arquitectónico bien pensado.
El preescolar ocupa una superficie de 4.000 pies cuadrados dentro del campus, junto al edificio escolar existente. Los dos edificios están conectados por un patio hundido que sigue la topografía del terreno y asciende hacia la nueva extensión como si subiera una colina. Esta disposición del terreno, junto con la necesidad de atender a unos 100 alumnos de preescolar, ofreció a los arquitectos la oportunidad de desarrollar algo único para el campus de la escuela. El resultado es un diseño que desafía la noción de lo que debe ser una escuela. El resultado es un diseño que desafía la noción de lo que debe ser una escuela, reuniendo la forma construida, el paisaje y los interiores en una sola entidad, utilizando una organización espacial no convencional, tecnología moderna y materiales robustos.
En consonancia con su visión, la arquitectura de la Escuela Internacional Bloomingdale rompe con las normas típicas del diseño escolar. En lugar de las habituales aulas en forma de caja para un espacio interior ondulado de 3.000 pies cuadrados, el diseño concibe las aulas como espacios fluidos e interconectados que fomentan la libre circulación y las interacciones.
El diseño fusiona a la perfección los espacios de juego y aprendizaje, difuminando los límites entre ambos. El patio contribuye a este efecto adaptándose como zona de juegos, aula, anfiteatro o charco, según la función. Esta experiencia espacial única se ve reforzada por el uso de paneles de cristal a toda altura en lugar de paredes y claraboyas en el tejado. De este modo, el diseño elimina la distinción entre interior y exterior, convirtiendo el paisaje en una extensión del espacio construido y viceversa.
Otro punto de partida con respecto a la arquitectura escolar convencional es que el diseño se basa en la forma construida en lugar de en los colores brillantes para generar interés visual. En el centro de esta idea se encuentra el pensamiento "el edificio, en lugar de ser una parte del paisaje, debería ser una forma del paisaje en sí mismo". Esto queda patente en el tejado curvo y ondulado que emula una ola o quizá unas colinas ondulantes. Cuando se contempla el edificio desde la distancia, el espectador puede vislumbrar inmediatamente el paisaje más allá, haciendo que el edificio parezca parte de la propia escena. Una mirada más atenta revela el verdadero ingenio del diseño: los niños habitan el edificio como si estuvieran protegidos dentro de un capullo.
La forma fluida del tejado -cubierto de césped y apoyado en un espacio estructural sin obstáculos ni soportes internos- se ha conceptualizado mediante herramientas informáticas. Su ingenio radica en cómo la superficie verde se desmarca del resto de la construcción, convirtiéndola en un hito de la zona. Aún más sorprendente es el hecho de que la propia estructura se haya realizado con un presupuesto limitado adoptando un proceso de construcción eficiente que tiene en cuenta recursos y tecnologías fácilmente disponibles.
La utilización de materiales prefabricados es otro aspecto fundamental del diseño. El núcleo estructural de la cubierta se ha erigido in situ utilizando elementos prefabricados y técnicas de construcción que implicaban dirigir placas de unión únicas en cada intersección de secciones huecas circulares curvadas a lo largo de los ejes X e Y. La curvatura requerida se ha conseguido variando las alturas de las uniones fabricadas y ensambladas con precisión. Las complejidades estructurales para lograr la piel exterior lisa se resolvieron con una cubierta de ferrocemento integrada sobre la estructura metálica única.
Cuando esta estructura se contempla desde el interior, la cubierta crea una cautivadora sensación de asombro y misterio a la vez. Los elementos estructurales expuestos a lo largo del techo presentan un bello contraste con la superficie exterior de césped, permitiendo así que brille el verdadero carácter de los materiales. El efecto visual de esta austera paleta de materiales se ve acentuado por la luz natural que se disipa a través de las claraboyas, acentuando la curvatura sin fisuras y creando un punto de anclaje en cada aula. El movimiento de luces y sombras, que se difuminan en el aula a lo largo del día, añade otro elemento lúdico al diseño.
La arquitectura de esta escuela es única en su expresión estructural, innovación en el diseño y resolución en su planteamiento poco convencional, en el que cada parte ha sido cuidadosamente diseñada para reinventar el concepto de espacios educativos y dejar huella en sus usuarios. El uso de paneles de cristal a toda altura y tejado de césped, la fluida organización espacial de las aulas, el recurso a la prefabricación y las tecnologías computacionales, y una forma arquitectónica paramétrica se desvían del "típico edificio de cajas", creando una estructura distinta, inconformista y lúdica que podría mantener viva la curiosidad infantil. De este modo, la Escuela Internacional Bloomingdale se erige en precursora del poder de la arquitectura para configurar el diseño de los futuros espacios educativos.